LAS LEYES DE LA ROBÓTICA
1-Un robot no puede lastimar a un ser humano, ni por inacción permitir que un ser humano sufra daño.
3-Un robot debe proteger su existencia, siempre y cuando tal protección no entre en conflicto con la primera o segunda ley.
Formuladas por el escritor del género especulativo ISAAC ASIMOV, las tres leyes de la robótica (actualmente consideradas válidas por la propia comunidad científica) tienen como función mantener controlados a los seres creados por el hombre. La enorme trascendencia de estas tres leyes se refleja en la literatura en general, dando origen a numerosos relatos como Tick Tock de John Sladek, en el que un fallo de hardware anula la primera ley y convierte a un robot en un asesino; o primera ley del propio Asimov, donde un robot deja abandonado a un ser humano en las terribles tormentas de arena de la Luna por ir a cuidar a un animal al que ha cogido bajo su protección. La especulación al respecto de las tres leyes de la robótica ideadas por el escritor y científico es inmensa, la propia manipulación de estas leyes por parte del ser humano se observa en El pequeño robot perdido, también de Asimov, donde el ejército utiliza robots con la primera ley modificada con el fin de que no se expongan a peligros innecesariamente, ya que son demasiado valiosos.
Asimov añadió posteriormente una cuarta ley, probablemente desarrollada para justificar la trama de su archiconocida fundacion, llamada la “Ley Cero”: Un robot no puede dañar a la humanidad, o a través de su inacción, permitir que se dañe a la humanidad. De esta manera, los robots pasan de estar al servicio de la Humanidad a convertirse en seres superiores, auditores del destino del hombre. El hombre ha pasado de ser Dios a crearse un nuevo Dios, su criatura ha cambiado y evolucionado, y vela por los intereses de su padre.
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